La palabra mindfulness fue creada por el biólogo estadounidense Jon Kabat-Zinn, él la define como una técnica de meditación que se basa en observar la realidad en el momento presente, con apertura, aceptación y sin emitir juicios.
Esta práctica retoma los conceptos de la psicología budista y se basa en la idea de que el sufrimiento, los pensamientos perturbadores y el estrés pueden eliminarse a través de la conciencia, además de la observación objetiva del mundo que nos rodea.
El mindfulness estimula al individuo a estar más concentrado y consciente, recuperando el bienestar físico y mental, así como la serenidad.
Practicar el mindfulness permite:
• Reducir el estrés y la ansiedad.
• Gestionar de manera efectiva las emociones más intensas.
• Liberar la mente y aumentar la creatividad.
• Mejorar la autoconciencia y la autoestima.
• Aumentar la empatía y la atención hacia los demás.
Los beneficios de mindfulness también son fisiológicos, ya que su práctica permite mejorar el rendimiento físico y laboral, además de reducir problemas como el dolor crónico.
La práctica de mindfulness se compone de varios ejercicios, a continuación, encontrarás algunos de fácil ejecución:
Práctica de respiración
Este ejercicio consiste en enfocarse en la propia respiración y escucharla sin limitarla ni bloquearla, permitiendo que fluya libremente.
Es posible que, especialmente en las primeras prácticas, la mente se distraiga y empiece a pensar en otras cosas. En este caso, hay que aprender a escuchar los propios pensamientos, reconocer las sensaciones que se están experimentando y, acto seguido, volver a centrar la atención en la respiración.
Body scan (escaneo corporal)
Dura entre 25 y 45 minutos y permite conectarse con nuestro cuerpo, mejorando la concentración y el bienestar.
Para este ejercicio es necesario acostarse en un lugar cómodo, permanecer quieto y respirar profundamente mientras se dirige la atención a diferentes partes del cuerpo (pies, manos, piernas, abdomen, etc.), con el fin de tomar contacto con todas ellas y percibir sus sensaciones.
Observación de las emociones
Dejar fluir las emociones sin juzgar es una de las principales características de la práctica mindfulness. No hay que identificar, ni rechazar ninguna, sino observarlas y aceptarlas, tanto las positivas como las negativas. Esto llevará a una tolerancia sobre todas ellas.
Observación consciente
La observación consciente ayuda a dejar de actuar de manera automática y a realizar las acciones cotidianas con la mayor concentración y en estado consciente.
Practicar esta observación consiste en elegir un objeto y observarlo durante unos minutos, enfocándose en los detalles como si se estuviera viendo por primera vez. Lo mismo se puede hacer con una acción cotidiana, realizándola como si fuera la primera vez y percibiendo todos sus detalles.